1.2.- El gran secreto para tratar con la gente

 para conseguir que alguien haga algo. es el de hacer que el prójimo quiera hacerlo

lo que usted y yo hacemos surge de dos motivos: el impulso sexual y el deseo de ser grande.

 

Qué es lo que quiere usted? No muchas cosas, pero las pocas que desea son anheladas con una insistencia que no

admite negativas. Casi todos los adultos normales quieren:

1. - La salud y la conservación de la vida.

2. - Alimento.

3. - Sueño.

4. - Dinero y las cosas que compra el dinero.

5. - Vida en el más allá.

6. - Satisfacción sexual.

7. - El bienestar de los hijos.

8. - Un sentido de propia importancia

 

Freud "el deseo de ser grande". Es lo que llama Dewey "el deseo de ser importante".

Lincoln empezó una vez una carta con estas palabras: "A todo el mundo le agrada un elogio". William James dijo: "El principio más profundo del carácter humano es el anhelo de ser apreciado". Véase que no habló del "deseo", sino del anhelo de ser apreciado

 

Este deseo de sentirse importante fue lo que llevó a un pobre empleado de una tienda de comestibles, un mozo sin recursos y sin educación, a estudiar unos libros de derecho que había encontrado en el fondo de un barril que, con otros restos de una casa deshecha, comprara por cincuenta centavos. Quizá haya oído el lector hablar de este mozo. Se llamaba Lincoln

 

Si usted me dice cómo satisface sus deseos de ser importante, le diré qué es usted.

Eso es lo que determina su carácter.

Es la cosa más significativa que hay en usted.

 

Algunas autoridades declaran que ciertas personas pueden llegar a la demencia a fin de encontrar, en sus sueños, el

sentido de importancia que les ha sido negado en el áspero mundo de la realidad. Hay en los hospita les de los Estados Unidos más enfermos mentales que de todas las otras enfermedades juntas. ¿Cuáles son las causas de la demencia? Nadie puede responder a una pregunta tan general

 

¿Tragedia? Pues no lo sé. Su médico me dijo: "Si pudiese estirar una mano y devolverle la cordura, no lo haría. Es mucho más feliz tal como está". se le pagaba ese sueldo sobre todo por su capacidad para tratar con la gente

Una de las primeras personas en el mundo norteamericano de los negocios a la que se le pagó un salario anual de más de un millón de dólares (cuando no había impuesto a los ingresos y una persona que ganaba cincuenta dólares a la semana podía vivir muy bien), fue Charles Schwab. Andrew Camegie lo había elegido para ser el primer presidente de la recién formada United States Steel Company, en 1921, cuando Schwab tenía sólo treinta y ocho años de edad

 

Considero -dijo Schwab- que el mayor bien que poseo es mi capacidad para despertar entusiasmo entre los hombres, y que la forma de desarrollar lo mejor que hay en el hombre es por medio del aprecio y el aliento.

"Nada hay que mate tanto las ambiciones de una persona como las críticas de sus superiores. Yo jamás critico a nadie. Creo que se debe dar a una persona un incentivo para que trabaje. Por eso siempre estoy deseoso de ensalzar, pero soy remiso para encontrar defectos. Si algo me gusta, soy caluroso en mi aprobación y generoso en mis elogios."

 

¿qué hace la persona común? Precisamente lo contrario. Si alguna cosa no le gusta, arma un escándalo; si le gusta, no dice nada

 

Para su tumba escribió un epitafio que decía: "Aquí yace un hombre que supo cómo rodearse de hombres más hábiles que él".

 

La apreciación sincera fue uno de los secretos del buen éxito

 

una mujer granjera, al término de una dura jornada de labor, puso en los platos de los hombres de la casa nada más que heno. Cuando ellos, indignados, le preguntaron si se había vuelto loca, ella replicó:

-¿Y cómo iba a saber que se darían cuenta? Hace veinte años que cocino para ustedes, y en todo ese tiempo nunca me dieron a entender que lo que comían no era Heno.

 

 

"Falta de aprecio."

 

esposas que habían abandonado sus hogares,

 

Le pidió a su marido que la ayudara haciéndole una lista de seis cosas que creyera que ella podía hacer para ser una mejor esposa

 

Le dije:

`Déjame pensarlo y, te daré una respuesta mañana'.

"Al día siguiente me levanté muy temprano y llamé al florista, y le pedí que le mandara seis rosas rojas a mi esposa con una nota diciendo: `No se me ocurren seis cosas que querría que cambies. Te amo tal como eres”.

"Cuando llegué a casa esa tarde, quién creen que me recibió en la puerta: exacto, mi esposa. Estaba al borde de las lágrimas. No necesito decir que me felicité por no haberla criticado como me lo habí a pedido.

"El domingo siguiente en la iglesia, después de que ella hubo informado del resultado de su tarea, varias mu jeres del grupo se me acercaron y me dijeron: `Fue el gesto más tierno del que tenga noticias'. Entonces comprendí cuál era el poder del aprecio."

 

 

hacía que las mujeres se sintieran bellas por el solo poder de su galantería y su consideración.

 

seis días sin comer; pero los dejan estar seis días, y seis semanas, y a veces sesenta años, sin darles jamás una muestra calurosa de esa apreciación que anhelan casi tanto como anhelan el alimento

 

"Nada hay que yo necesite tanto como alimento para mi propia estima".

 

descuidamos darles amables palabras de aprecio que cantarían durante años en su recuerdo.

 

la primera ocasión en que Stevie sintió que se apreciaba la fineza de su oído. fue el comienzo de una nueva vida. Desde aquel entonces desarrolló su don del oído hasta volverse, bajo el nombre artístico de Stevie Wonder, uno de los grandes músicos populares de la década de 1970.*

 

la adulación hace más mal que bien

La diferencia entre la apreciación y la adulación es muy sencilla. Una es sincera y la otra no. Una procede del corazón; la otra sale de la boca. Una es altruista; la otra egoísta. Una despierta la admiración universal; la otra no

 

Obregón: "No temas a los enemigos que te atacan. Teme a los amigos que te adulan".

 

Enséñame a no hacer ni recibir elogios baratos.  Rey Jorge V

 

solemos pasar el 95 por ciento de nuestro tiempo pensando en nosotros mismos. Pero si dejamos de pensar en nosotros mismos por un rato y comenzamos a pensar en las buenas cualidades del prójimo, no tendremos que recurrir a la adulación, tan barata y tan falsa que se la conoce apenas sale de los labios. Una de las virtudes más descuidadas de nuestra existencia cotidiana es la apreciación. De un modo u otro, descuidamos elogiar a nuestro hijo o hija cuando trae una buena nota de la escuela, y rara vez alentamos a nuestros hijos cuando logran hornear una torta o cons truir una casita para pájaros. Nada les agrada más a los niños que esta especie de interés y aprobación de sus padres  sabe lo descorazonador que resulta entregarse a un público y no recibir de éste ningún comentario apreciativo.

 

Trate de dejar un rastro de pequeñas chispas de gratitud

 

La apreciación honesta logró resultados allí donde la crítica y el ridículo habían fallado

 

 

Herir a la gente no sólo no la cambia, sino que es una tarea que nadie nos agradecerá. Hay un viejo dicho que yo he escrito en una hoja y pegado en el espejo del baño, donde lo veo todos los días:

"Pasaré una sola vez por este camino; de modo que cualquier bien que pueda hacer o cualquier cortesía que pueda tener para con cualquier ser humano, que sea ahora. No la dejaré para mañana, ni la olvidaré, porque nunca más volveré a pasar por aquí."

 

Emerson dijo: "Todo hombre que conozco es superior a mí en algún sentido. En ese sentido, aprendo de él".

 

Dejemos de pensar en nuestras realizaciones y nuestras necesidades. Tratemos de pensar en las buenas cualidades de la otra persona. Olvidemos entonces la adulación. Demos prueba de una apreciación honrada, sincera, de esas cualidades.

Seamos "calurosos en la aprobación y generosos en el elogio", y la gente acogerá con cariño nuestras palabras y las

atesorará y las repetirá toda una vida, años después de haberlas olvidado nosotros.

 

REGLA 2: Demuestre aprecio honrado y sincero.